domingo, 15 de agosto de 2021

¿ESTÁ MAL "RENDIRSE"?

Creo que a la mayoría de nosotros, desde que somos pequeños, se nos inculca la idea de no rendirnos, de ser siempre fuertes y resistentes y de no mostrar debilidad ni fragilidad ante nadie, prácticamente la idea de ser “invencibles” o al menos tratar siempre de mostrarnos así ante el mundo, para que este no nos lleve por delante. Y con el mundo tan corrupto en el que vivimos, es súper entendible que se nos enseñe esto, para nuestro “bien”. Pero hoy meditando en algunos versículos, me daba cuenta de algo que quiero compartirles el día de hoy y que espero sea de bendición para ustedes.


Hay un problema puntual que esta idea que traemos desde pequeños sobre “ser invencibles” ocasiona. Sucede que con el pasar de los años, nos vemos obligados a confiar en nuestras propias fuerzas y a creernos suficientes (nos guste o no) en nuestro propio “yo”, y no solo esto, sino que también, INCONSCIENTEMENTE, crecemos con la idea de que está mal rendirnos, que seríamos los peores del mundo si nos rendimos o que seríamos unos fracasados, y de hecho eso genera una presión extra en nosotros que no necesitamos. Ya demasiada presión con los problemas diarios. Y quizás no lo demostramos pero vivimos así, con un peso en nuestros hombros que cada vez es más difícil de llevar, y aunque nos cuesta admitirlo, muy dentro sabemos que nuestras fuerzas en algún momento se acabarán.


Pero este todavía no es el problema puntual, sino el camino que nos lleva hacia ese problema puntual: EL LLEGAR ANTE DIOS CREYENDO QUE CON ÉL TAMBIÉN DEBEMOS MOSTRARNOS “FUERTES E INVENCIBLES”. Cuando en realidad es TODO LO CONTRARIO. Dios no es como el mundo. En Él no hay maldad ni corrupción. Él no se va a aprovechar de nuestra fragilidad ni nos va a llevar por delante. Él no nos exige ni nos pone algún tipo de presión innecesaria. TODO LO CONTRARIO. DIOS ES UN PADRE AMOROSO QUE NOS INVITA A DESCANSAR EN ÉL, QUE NOS RECIBE CON SUS BRAZOS ABIERTOS Y QUE ESTÁ DISPUESTO A AYUDARNOS, PROTEGERNOS, FORTALECERNOS Y BENDECIRNOS. CON DIOS NO PODEMOS FINGIR SER ALGO QUE NO SOMOS, PUES ÉL NOS CONOCE MEJOR QUE LO QUE NOS CONOCEMOS A NOSOTROS MISMOS, Y AÚN ASÍ NOS AMA.


El mundo nos dice: “tienes que ser fuerte”. Dios nos dice: “yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” Isaías 41:10.

El mundo nos dice: “no te vayas a quedar sin fuerzas”, Dios nos dice que Él “multiplica las fuerzas aun al que no tiene ninguna” Isaías 40:29.

El mundo nos dice: “no demuestres tu cansancio ante nadie”, Dios nos dice: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” San Mateo 11:28.

El mundo nos dice “no dejes ver tu debilidad”, Dios nos dice: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en tu debilidad” 2 corintios 12:9.

El mundo nos dice: “no le clames ni ruegues a nadie”, Dios nos dice:Clama a mí, y yo te responderé” Jeremías 33:3.


El mundo nos dice: “confía en ti mismo”. Dios nos dice que “confiemos en Él y Él hará”. Salmo 37:5.


El mundo nos dice: “cuídate que si no, te van a hacer daño”, Dios nos dice: Ninguna arma forjada contra ti prosperará” Isaías 54:17.


El mundo nos dice: “No te rindas que si no vas a perder”, pero el Espíritu Santo nos enseña que RINDIÉNDOSE ANTE DIOS ES LA VERDADERA FORMA DE GANAR.


Ya no nos engañemos a nosotros mismos creyendo que con nuestras propias fuerzas vamos a poder, porque no es así. Solos no podemos. Necesitamos a Dios. Sin Él nada somos. Nadie es lo suficientemente fuerte como para no necesitar a Dios. Ya basta de sentirnos presionados con este mundo tan acelerado y exigente, descansemos en Dios. Escuchemos su voz, silenciemos las voces del mundo. ¿Qué estamos esperando para entregarle el control de nuestras vidas?


Está bien no poder con todo. Está bien llorar cuando sentimos que no podemos más. Está bien reconocer que somos débiles. Está bien pedir ayuda a Dios. Está bien RENDIRSE cuando no podemos más. Pero si nos rendimos, que sea ANTE DIOS, entregándole el control de nuestras vidas para que Él haga maravillas en ella, para que podamos descansar en Él y para que Él pelee por nosotros. Porque esa es la promesa que encontramos en su palabra: Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos. Éxodo 14:14.

Él es nuestro defensor, y “si Él es por nosotros, ¿quién contra nosotros?” Romanos 8:31.

Con Él tenemos la victoria asegurada, pues “El caballo se alista para el día de la batalla; Mas Jehová es el que da la victoria” Proverbios 21:31.


Dios los bendiga inmensamente.

No hay comentarios: