Quiero contarles algo lindo y sencillo que me pasó el domingo pasado en la iglesia.
El culto estaba por empezar y yo me acababa de sentar en mi lugar. Todos nos estábamos acomodando y esperando que empezara el culto; y mientras veía a los hermanos llegar, justo veo que un hermano de la iglesia se sienta con su bebecita en brazos, la cual estaba durmiendo plácidamente.
En ese momento me dio mucha ternura la forma en que la niña, tan pequeñita, descansaba en los brazos de su papá; y honestamente, nunca pensé que ver algo tan simple como eso me iba a impactar tanto y llevar a una reflexión tan profunda.
Luego de contemplar esa escena, empecé a reflexionar en que esa era la descripción gráfica de nosotros descansando en los brazos de Dios, nuestro Padre Celestial. Empecé a pensar que así es como nos vemos cuando nuestro corazón está plenamente confiado en Él.
En ese mismo instante empezaron a caer lentamente lágrimas de mis ojos, porque pude sentir el amor de Dios como Padre. Me empecé a sentir agradecida por su protección, por su cuidado, por su provisión, y también feliz porque en ese momento Dios me recordó cómo podemos verlo en cada detalle.
Luego en medio del culto, el siervo que estaba presidiendo, sin tener idea de lo que yo había experimentado (pero ciertamente guiado por Dios), comenzó a decir que prestemos atención a los detalles, que aún en lo más simple y cotidiano podemos ver a Dios. Y efectivamente, eso me sucedió al comenzar el culto. Pude ver a Dios representado en ese hermano y me pude contemplar a mí misma como una niña pequeña en los brazos de Dios. Pude recordar que soy su hija y que Él, como mi papá, me protege, me ama, me provee y nunca me va a abandonar. 💖
Es muy importante empezar a prestar atención a los detalles, porque es cierto que, aún hasta en lo más simple, Dios está. Él no solo está en los extraordinarios milagros que realiza, en la resurrección de los muertos, o en lo más grande que pueda ocurrir en este suelo de tierra. Él también está en aquello que para nosotros es "sencillo" o "insignificante". Él es el Dios de lo GRANDE y también de lo PEQUEÑO, porque Él lo abarca TODO.
Hay muchas cosas que damos por sentadas, pero que son MILAGROS Y BENDICIONES que vienen de Él: ese rico desayuno, almuerzo o cena; un techo bajo el cual vivir, una cama en la cual dormir, un auto en el cual poder trasladarnos, un trabajo con el cual sustentarnos, una familia en la cual refugiarnos, un amigo en quien poder confiar, y sobre todo, la salud para poder vivir y servir a Dios en su obra.
Él está en el abrazo de tu mamá, en el mensaje que te manda tu papá preguntándote cómo estás, en el "te quiero" de un amigo, en el "te amo" del amor de tu vida, en el "yo te ayudo" de algún conocido, y hasta en la sonrisa de un niño. En lo cotidiano, Dios está. Si lo buscamos, lo vamos a encontrar; y a esto no lo digo yo, sino el mismo Dios en Su palabra: "y me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón" (Jeremías 29:13).
Espero que esta pequeña reflexión los invite a buscar a Dios en cada detalle y les recuerde el amor inmenso que Él nos tiene. Dios los bendiga inmensamente.