domingo, 22 de agosto de 2021

¿CON QUÉ ENFOQUE NOS ACERCAMOS A JESÚS?

En las últimas semanas, Dios me llevaba a reflexionar sobre algo muy importante:

Acercarse a Dios y buscarlo es de las mejores cosas que podemos elegir hacer, pues nadie más que Dios puede suplir nuestras necesidades y llenarnos de la paz que necesitamos. Sin embargo, a pesar de que hacemos bien en ACERCARNOS a Dios, lamentablemente como seres imperfectos que somos, no siempre lo hacemos con un enfoque correcto.


Dios me llevaba a reflexionar: ¿Con qué enfoque me acerco a Él? ¿Con qué intención lo busco? ¿En qué pongo mi mirada cuando acudo a Él?


¿Me acerco porque me enfoco ÚNICAMENTE en las bendiciones que me puede dar? ¿O porque quiero, más allá de las bendiciones, entregarle verdaderamente mi corazón y dejar que el Espíritu Santo lo moldee y me ayude a ser cada vez más como Jesús?


¿Me acerco porque SOLO quiero ver cómo me puede beneficiar con su poder? ¿O me acerco porque realmente entendí que NECESITO SU LUZ Y SU GUÍA en cada paso que de y en cada decisión que tome?


¿Me acerco porque nada más quiero que me sane o me ayude, así luego puedo seguir en mis caminos, haciendo lo que me place? ¿o me acerco porque realmente quiero agradarle, hacer su voluntad, cumplir sus mandamientos, entregarle mi vida por completo, vivir para Él, conocer el propósito que Él tiene para mi vida?


Hay muchas personas que creen en Jesús y en su poder, pero se acercan a Él con un enfoque equivocado: no porque le amen o le quieran conocer, sino por los panes y los peces, es decir, los beneficios y bendiciones que Él puede dar, los milagros que Él puede hacer. Y Dios en su misericordia hace milagros en sus vidas, porque los ama y además para que vean que Él es Dios y que Él cumple su promesa de que, a quienes van hacia Él, Él no los echa afuera. Y Él los sana, los restaura, les da paz. Sin embargo, no todas estas personas se entregan por completo. Algunos ni agradecen. A pesar de haber visto las obras milagrosas de Dios, muchos de ellos siguen en sus propios caminos, haciendo lo que les place. Se llevan las bendiciones, se van con los milagros, pero no se lo llevan a Jesús en el corazón.


No le abrieron la puerta de su corazón para que Él entre, limpie y ordene todo el caos. No fueron con un corazón humilde, sencillo y entregado para que Él lo moldee, lo renueve y lo restaure. No entregaron su vida al que la vida dio. No llegaron a Jesús para escuchar sus enseñanzas y ponerlas por obra, sino que nomas fueron por los panes y los peces.


Ahora cada uno de nosotros...hagámonos un autoanálisis.

Reflexionemos.

Veamos en qué condición está nuestro corazón.

Nos hagamos esta pregunta:

¿Con qué enfoque nos estamos acercando a Dios? (cada quien sabrá la respuesta)


¡Que nuestro enfoque y nuestra mirada siempre estén puestos en Él, en ser más como Él, en aprender más de Él, en obedecerle y agradarle SOLO A ÉL; todas las demás bendiciones que podamos recibir vendrán por añadidura! Tal como dice en Mateo 6:33,"Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas". 


Dios nos bendiga.

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