miércoles, 29 de julio de 2020

NUNCA OLVIDES LO QUE VALES



Todos en algún momento de nuestras vidas empezamos a dudar de nosotros mismos y de nuestro valor. Es algo normal, pues a todos nos pasa, sin embargo, no es algo bueno.

Hoy quiero darte un mensaje que recuerdes cada vez que te sientas con baja autoestima, desconfíes de ti mismo o pienses que no vales nada. Te invito a que lo creas, lo guardes en tu corazón, y lo recuerdes constantemente. 


Dios te pensó, te diseñó y te creó, Él permitió que llegaras a este mundo, no sólo para traerle felicidad a tu familia sino para cumplir el propósito por el cual Él te envió. La mayor prueba de que Dios existe, ERES TÚ MISMO, PORQUE ERES SU MAYOR CREACIÓN.


Debes recordar que si no fueras valioso para Jesús, Él no hubiera dado su vida por ti. Tú vales cada gota de la sangre que Jesús derramó en la cruz. Y esta es la mayor prueba de su AMOR por ti. “Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos” San Juan 15:13. Y esta prueba de AMOR es la que debes recordar cada día al levantarte. Dios te conoce mejor que tú a ti mismo, “te conocía aun antes de haberte formado en el vientre de tu madre” Jeremías 1:5. Él conoce cada parte de tu alma, conoce tus defectos, tus fallas, tus errores, tus imperfecciones, tus límites, y aún así TE AMA. VALES TANTO PARA DIOS QUE ÉL ANHELA MORAR EN TU CORAZÓN. Si aún no le abriste tu corazón, te invito a que lo hagas, hoy te invito a formar parte de la hermosa familia de Dios, te invito a ser parte de este linaje escogido. Tú no mereces sufrir, pues no viniste al mundo para eso. Tú tienes que saber que no eres juguete de nadie, no debes dejar que te pisoteen, ni que te maltraten, ni que te golpeen, ni que te hagan daño, pero tú tampoco debes hacerlo, ni a los demás, ni a ti. Debes valorarte y amarte, así como también valorar y amar a los demás, pero principalmente AMAR A DIOS, si amas a Dios, podrás amarte a ti y a los demás. 


Debes recordar que viniste a este mundo:

  • para SER FELIZ con Dios de tu lado,

  • para ser un INSTRUMENTO en sus manos,

  • para irradiar la LUZ de CRISTO en medio de la oscuridad,

  • para ser de BENDICIÓN e INSPIRACIÓN para otros,

  • y para recordarle a los demás lo VALIOSOS que son para Dios.


"Fuimos sueños en la mente de Dios, melodías en su corazón, afinados a la voz de Dios, creados para adorar"

(Frase que escuché en una canción cristiana y me encantó. Canción: Sinfonía de amor - Cantante: Julissa).


NO OLVIDES TU VALOR:

“Fíjate en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No vales tú mucho más que ellas?"

San Mateo 6:26. 


RECUERDA QUE ERES AMADO POR DIOS:

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, mas tenga vida eterna" San Juan 3:16.


Recuerda esta verdad y hazla tuya.

Dios te bendiga.


domingo, 26 de julio de 2020

UNA Y OTRA VEZ


Invitada especial: Melisa Moroni


Buenas tardes a todos, soy Melisa y agradezco este espacio, el día de hoy quisiera hablarles sobre EL EVANGELIO.


Creo firmemente que es necesario recordarnos a nosotros mismos una y otra vez el poder del mensaje del evangelio y lo que Dios hace EN nuestras vidas, CON nuestras vidas y A TRAVÉS de ellas. Y si aún no crees en esta verdad, espero que estas palabras puedan darte la libertad que a mí me dieron. 


Si tuviera que resumir el mensaje del evangelio en un par de líneas, sería algo así: 


Dios nos pensó aun antes de que estuviéramos en el vientre. Nos eligió y nos amó como nadie más lo hizo. Entonces, Él decidió entregar a su único hijo Jesús para que tú y yo pudiéramos ser libres del mal y empezar de nuevo. Jesús se sacrificó. Su pasión y muerte permiten que nuestros pecados y nuestro pasado mueran en la cruz, y que pasemos de la muerte y la esclavitud a la vida y la libertad. Esa sangre derramada te reclama como su hijo. Cuando tu vida fue comprada con su sacrificio, las cadenas de esclavitud se rompieron. En el momento en que tú aceptas esa verdad, Dios borra tu pecado y todo lo que te condenaba, y ya no lo recuerda más. El mal ya no tiene autoridad sobre ti porque Dios ya te hizo libre. Él te hace una persona completamente nueva. Y desde ese momento, su amor y presencia te acompañan adonde sea y cuando sea, hasta el fin, con la promesa de que si Él empezó la obra en ti, la va a terminar. Es importante también saber que en el camino estamos llamados a sacar a otros de esa esclavitud de la que por gracia Dios nos rescató, con Su verdad.


“Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido” 

San Lucas 19:10.


“Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” San Juan 10:10.


¡Gracias por leer, Dios los bendiga!