miércoles, 26 de agosto de 2020

¿EN DÓNDE TIENES PUESTA TU MIRADA?



Creo que a todos los que creemos en Dios y en Jesús nos ha pasado alguna vez que, de bien que estamos, sentimos que hemos perdido la fe. Nos volvemos a preocupar DE NUEVO por cosas del pasado, o empezamos a preocuparnos por el presente y por lo que ha de venir. A pesar de que estemos rodeados de personas a nuestro alrededor, nos sentimos solos. Los pensamientos de tristeza nos invaden y no nos dejan pensar ni ver claramente. Nos olvidamos de las cosas que Dios hizo por nosotros. Olvidamos que Él ya nos perdonó y que ya no se acuerda más de los errores que cometimos en el pasado. Olvidamos las veces que Dios nos proveyó, nos bendijo y nos guardó de cuántos males y peligros. 
 
¿Saben por qué nos sucede eso a veces? Porque dejamos de mirar a Dios y empezamos a mirar los problemas; porque en lugar de oír lo que Dios dice, empezamos a oír lo que nos dicen los problemas; porque en vez de ver cuán grande es Dios, nos ponemos a ver cuán grandes son los problemas, y olvidamos que esos "grandes" problemas pueden ser grandes para nosotros, pero ante Dios no son NADA.
 

Quiero poner de ejemplo una bella historia que seguro ya conocen:
 
Los discípulos de Jesús navegaban por el mar en una barca y se desató una fuerte tormenta, pero de repente vieron a alguien que venía caminando sobre las aguas. Era Jesús pero creían que era un fantasma. Jesús les dijo que era ÉL, que no temieran, pero ellos dudaban. Pedro, para asegurarse, le dijo que si en verdad era Jesús, lo mandara a caminar sobre las aguas. Jesús le dijo que fuera hacia Él, y Pedro empezó a caminar sobre las aguas mirando a Jesús. Pero de bien que iba, Pedro empezó a ver la tormenta y DEJÓ de mirar de Jesús, entonces empezó a hundirse. Jesús extendió su mano y lo salvó, lo llevó de regreso a la barca y calmó la tormenta. Todos los discípulos estaban impactados por lo que habían visto y daban gloria a Dios, reconociendo que Jesús era verdaderamente su Hijo. (Pueden leer la historia completa en San Mateo 14:22-33)

 
A veces, de bien que venimos viendo a Jesús, se desata una fuerte tormenta (problemas), y comenzamos a temer y a dudar de que Él verdaderamente está allí para ayudarnos. Dudamos de su presencia, creemos que estamos solos. Apartamos la mirada de Jesús y comenzamos a hundirnos en nuestros problemas. Quizás estás pasando por eso ahora, y hoy quiero animarte a que tu fe en Jesús sea más grande que tu miedo.
 

Así como Pedro, podrás sobrepasar cualquier obstáculo si pones tu mirada en Jesús y oyes su voz. Podrás vencer cuando recuerdes que Él es más grande y poderoso que tus luchas. Deja de hundirte y ahogarte en tus pensamientos y problemas, ¡fija tus ojos en Cristo! ¡Él está ahí para salvarte y ayudarte a que no te hundas más! No te rindas ante tus problemas, ríndete ante Dios, y Él hará que tus problemas se rindan ante ti!
No permitas que el mundo y tus problemas hagan más ruido y te impidan oír la voz de Dios. Dios quiere salvarte, ayudarte y bendecirte. ¡Atiende a su voz! 💖



Presta atención a las palabras de Jesús, no dudes, ten fe. Olvida tu pasado, porque Dios dice:

"No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí que yo hago cosa nueva (...) Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad" Isaías 43:18-19. 



¡No tengas miedo, saldrás victorioso! Escucha a Dios:

"Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador" Isaías 43:2-3.



No te deprimas, ni estés ansioso, echa tu carga a los pies de Cristo:

"echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros" 1 Pedro 5:7


Fija tus ojos en Cristo, pon la mira en las cosas de arriba:

"Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra" Colosenses 3:2.

"Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe" Hebreos 12:2.



💖¡Dios te bendiga!💖

domingo, 23 de agosto de 2020

¿CÓMO AMAR?

 





En esta oportunidad quisiera hablarles de un tema muy importante que me parece excelente para compartir y que, últimamente, ha estado rondando mucho en mi mente. 

Primero que nada, es importante aclarar y recordar que una vez que creemos en Jesús y lo reconocemos como nuestro Señor y Salvador, también pasamos a creer y a reconocer que la Biblia es realmente la palabra de Dios, es decir, la guía y el manual de vida de todo cristiano.  Por lo tanto, empezamos a leerla y empezamos a entenderla gracias a la fe, porque la fe en Jesús es la llave del conocimiento y entendimiento de la palabra de Dios. “La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples” Salmo 119:130. Al entenderla, la palabra de Dios comienza a ser nuestra guía y nunca volvemos a ser los mismos, sino que a medida que vamos conociendo más de Dios, más Él nos va enseñando cómo debemos conducirnos en esta vida. “Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino” Salmo 119:105. Él desea que vivamos de la mejor manera, con nuestros ojos puestos en Él, con gozo, con paz, con confianza, sabiduría, (entre otras cosas), pero sobre todo con AMOR. “Todas vuestras cosas sean hechas con amor” 1 Corintios 16:14.


Y es en este tema del AMOR que me quiero enfocar el día de hoy. Para empezar, me gustaría citar DOS de los mandamientos que Dios nos deja como guía para nuestro caminar en esta tierra (que de hecho son los mandamientos principales, de los cuales se desprenden los demás):

“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos” San Marcos 12:30-31.


Por supuesto que ninguno de los dos mandamientos son fáciles de cumplir, pero si Dios nos los ordenó, es porque Él sabe que podemos cumplirlos. ¿Por nuestra propia cuenta? Absolutamente no. Sólo seremos capaces de cumplirlos si primero aceptamos y reconocemos el amor que Él nos dio, porque "en esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados" 1 Juan 4:10. Esto claramente quiere decir que podemos cumplir estos mandamientos, no porque nosotros tengamos por nosotros mismos la capacidad de amar, sino porque al aceptar y recibir el amor que Dios nos dio, podemos también dar de ese amor, pues claramente nadie puede dar lo que no tiene. Esto también es dar de gracia lo que de gracia recibimos (San Mateo 10:8).


¿CÓMO AMAR A DIOS?

Bueno primeramente, debemos saber que si hoy nosotros podemos amarlo a Él, es solo porque Él nos amó primero (1 Juan 4:19). Ahora, lo que escribiré a continuación no serán instrucciones por seguir como si esto fuera la receta de un postre, sino que son procesos por los que tuve que pasar varias veces a lo largo de mi vida, para finalmente hoy poder decir con todas mis fuerzas que AMO A DIOS. Espero que así como hacer estas cosas me ayudó a mí a amar a Dios, esto le ayude también a ustedes a amar a Dios, pues es una de las cosas que más anhelo💖 

SE LLEGA A AMAR A DIOS: 

Recordando cada día quién es Él y todas las cosas buenas que hizo, hace y hará por nosotros. Pidiéndole que nos ayude a amarlo, conociéndolo más, estando en su presencia. Adorándolo, alabándolo, leyendo y meditando su palabra. Poniéndolo en primer lugar, dejando que Él moldee nuestro carácter,  buscando de actuar no como a nosotros nos parece sino como a Él le agrada, ¡entre tantas otras cosas! Por supuesto que no es nada fácil, pero si realmente lo intentamos, podremos lograrlo y la felicidad que sentiremos será PLENA. Creo firmemente en que el mejor "TE AMO" que una persona puede exclamar es un "¡TE AMO, DIOS!" 💕


¿CÓMO AMAR AL PRÓJIMO?

Muchas veces me hice esta pregunta, hasta que Dios me hizo entender que Él no solo mandó a Jesús a morir por mí, sino por cada una de las personas que habitan en este mundo. Dios me enseñó que aunque no toda la humanidad lo ame, Él ama a toda la humanidad; que Jesús no solo murió por las personas buenas, pobres e indefensas sino que también murió por los asesinos, los violadores, los ladrones, los adictos a las drogas, los presos, los enfermos y todo el que se nos ocurra; porque Jesús "vino a buscar y a salvar lo que se había perdido" San Lucas 19:10 y "Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él" San Juan 3:17. 

Quiero que veamos la enseñanza que Jesús nos dejó:

 “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen y orad por los que os ultrajan y os persiguen (...) Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?  San Mateo 5: 44-46-47.


Recuerdo que al principio pensaba, ¿cómo voy a amar a los que me caen mal, me odian y me quieren destruir? ¿cómo es posible desearles el bien a quienes me desean el mal? ¿cómo? Bueno, claramente no es algo que por nosotros mismos podemos lograr, sino sólo con la ayuda de Dios. Ahí es donde los que tenemos a Jesús nos diferenciamos de los que no lo tienen. Es ahí que REFLEJAMOS DE VERDAD el amor de Dios en nosotros, aún sin haberlo visto (pues si lo pudiéramos ver no resistiríamos tanta gloria y majestad que caeríamos muertos) "Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? (...) El que ama a Dios, ame también a su hermano" 1 Juan 4:20-21. 

Así como Jesús nos ama a nosotros (sin merecerlo) a pesar de nuestros pecados, malas obras, o a pesar de que a veces lo hagamos a un lado, lo maltratemos, no le hagamos caso cuando nos advierte de algo y nos creamos más importantes que Él (entre tantas otras fallas), así debemos también amarnos los unos a los otros, a pesar de nuestros errores y malas acciones. Todos fallamos siempre en algo, quizás no en lo mismo, pero al fin y al cabo ningún ser humano es perfecto. 

Y OJO, QUE JESÚS NOS AME no quiere decir que esté a favor de nuestros errores, sino que nos ama A PESAR de ellos y aun así ANHELA AYUDARNOS Y DARNOS LO MEJOR; y es así como Él quiere que amemos a los demás: No porque fallen sino A PESAR de que fallen, y que anhelemos ayudarlos para que puedan acercarse a Dios.


Dios NO quiere que "amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad" 1 Juan 3:18. "Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso" 1 Juan 4:20.

Dios QUIERE no solo que digamos que amamos a los demás sino que LO DEMOSTREMOS: Que no hundamos más al que ya está caído, sino que le extendamos una mano, que no juzguemos al que se equivocó sino que lo ayudemos a mejorar, que no nos creamos mejores que otros sino que recordemos que todos somos igual de valiosos, que si nos piden ayuda, ayudemos, que si nos ofenden, decidamos perdonar así como Dios nos perdonó, que oremos por las personas que nos hacen mal, pues ellos también necesitan a Dios en sus vidas, que oremos por aquellos que aún no conocen a Dios, para que puedan aceptarlo y ser salvos, que oremos por nuestros hermanos en la fe, para que no se rindan, que oremos por los que se han apartado del camino, para que vuelvan a Dios, que deseemos el bien aun cuando nos deseen el mal (pues Dios nos protegerá) y que demos sin esperar nada a cambio, ¡pues nuestra recompensa no vendrá de los hombres sino de Dios! Además recordemos que uno cosecha lo que siembra. "No nos cansemos pues, de hacer el bien, porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos" Gálatas 6:9.


ACLARACIÓN: Esto NO quiere decir que por amor al prójimo nos vamos a dejar pisotear, golpear, maltratar, o vamos a dejar que abusen de nuestra confianza. TODO TIENE UN LÍMITE, y tal como dice una frase que escuché una vez: "hay que ser mansos pero no mensos". En casos así, debemos buscar ayuda pero también  perdonar a esas personas que nos quisieron dañar y orar para que PUEDAN CONOCER A DIOS Y CAMBIAR SUS VIDAS. (Ahí está el amor al prójimo, no en querer venganza sino en desear el bien).


¿CÓMO AMARME? 

Si prestamos atención al versículo, este dice: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo". Claramente aquí debe haber un equilibrio: No debemos ser arrogantes y creernos los mejores, pero tampoco debemos tener siempre baja autoestima y sentirnos la peor persona del mundo, pues TODOS LOS EXTREMOS SON MALOS. 

No solo nos amamos cuando nos valoramos, nos respetamos, cuidamos nuestro corazón, cuidamos nuestra salud, y cuando reconocemos nuestros errores e intentamos mejorarlos, (entre otras) sino también cuando amamos al prójimo y cuando, en nuestro proceso de amar a Dios, oramos por nosotros mismos para que Él nos haga cada vez mejores personas y nos enseñe a ser más como Él 💗


¡AMAR HACE BIEN! 

ASÍ QUE MI CONSEJO DE HOY ES:

AMEN, así sin tilde💖 ¡AMEN A DIOS, AMEN A LOS DEMÁS Y ÁMENSE A USTEDES MISMOS!

¡UN ABRAZO ENORME! 💛