domingo, 17 de enero de 2021

¡AMARLO, AMARLOS Y AMARME!


¿CÓMO AMAR A DIOS?

Muchas veces me pregunté esto, y luego de diferentes procesos que tuve que pasar, me di cuenta de lo sencilla que era la respuesta:

Podremos amar a Dios AL RECONOCER Y CONOCER.

¿AL RECONOCER QUÉ? AL RECONOCER a Dios como lo que es: EL
AMOR en su máxima expresión.

¿Y AL CONOCER QUÉ? AL CONOCER más a Dios
Porque quienes le abren su corazón y comienzan a conocerlo, no tienen otra opción más que enamorarse de Él.

"Porque en esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados" 1 Juan 4:10.
Si hoy nosotros podemos amarlo a Él, es solo porque Él nos amó primero (1 Juan 4:19).

Creo firmemente en que el mejor "TE AMO" que una persona puede exclamar es un "¡TE AMO, DIOS!"
💕

SE LLEGA A AMAR A DIOS: 

Recordando cada día quién es Él y todas las cosas buenas que hizo, hace y hará por nosotros. Pidiéndole que nos ayude a amarlo, conociéndolo más, estando en su presencia. Adorándolo, alabándolo, leyendo y meditando su palabra. Poniéndolo en primer lugar, dejando que Él moldee nuestro carácter,  buscando de actuar no como a nosotros nos parece sino como a Él le agrada, ¡entre tantas otras cosas! Por supuesto que no es nada fácil, pero si realmente lo intentamos, podremos lograrlo y la felicidad que sentiremos será PLENA.


¿CÓMO AMAR A MI PRÓJIMO?

Comencé a hacerme esta pregunta cuando entendí que "prójimo" no es solo la persona que me cae bien sino también la persona que me cae mal.

Jesús nos enseña lo siguiente:

 “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen y orad por los que os ultrajan y os persiguen (...)" Mateo 5:44.

Recuerdo que al principio pensaba ¿Cómo voy a amar a los que me caen mal, me odian y me quieren destruir? ¿Cómo es posible desearles el bien a quienes me desean el mal? ¿Cómo? Bueno, claramente no es algo que por nosotros mismos podemos lograr, sino solo con el amor de Dios en nuestros corazones.

Mucho tiempo estuve sin comprender, hasta que Dios me hizo entender que Jesús no solo vino a morir por mí, sino por cada una de las personas que habitan en este mundo. Dios me enseñó que aunque no toda la humanidad lo ame, Él ama a toda la humanidad; que Jesús no solo murió por las personas buenas, pobres e indefensas sino que también murió por los asesinos, los violadores, los ladrones, los adictos a las drogas, los presos, los enfermos y todo el que se nos ocurra; porque Jesús "vino a buscar y a salvar lo que se había perdido" San Lucas 19:10 "Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él" San Juan 3:17. 

Aprendí que así como Jesús nos ama a nosotros (sin merecerlo) a pesar de nuestros pecados y malas obras, así debemos también amarnos los unos a los otros, a pesar de nuestros errores y malas acciones. (Todos fallamos siempre en algo, quizás no en lo mismo, pero al fin y al cabo ningún ser humano es perfecto).

Y OJO, QUE JESÚS NOS AME no quiere decir que esté a favor de nuestros errores, sino que nos ama A PESAR de ellos y aun así ANHELA AYUDARNOS A SER CADA VEZ MEJORES; y es así como Él quiere que amemos a los demás: No porque fallen sino A PESAR de que fallen, y que anhelemos ayudarlos para que puedan cada vez acercarse más a Dios y ser mejores.

Luego de esto entendí que la respuesta a la pregunta "¿Cómo amar a mi prójimo?" era y es más simple que lo que pensaba: Podré amar a mi prójimo cuando aprenda a amar primero "A" Jesús, para luego poder amar "COMO" Jesús

Dios NO quiere que "amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad" 1 Juan 3:18. "Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso" 1 Juan 4:20.

Dios QUIERE no solo que digamos que amamos a los demás sino que LO DEMOSTREMOS: Que no hundamos más al que ya está caído, sino que le extendamos una mano, que no juzguemos al que se equivocó sino que lo ayudemos a mejorar, que no nos creamos mejores que otros sino que recordemos que todos somos igual de valiosos, que si nos piden ayuda, ayudemos, que si nos ofenden, decidamos perdonar así como Dios nos perdonó, que oremos por las personas que nos hacen mal, pues ellos también necesitan a Dios en sus vidas, que oremos por aquellos que aún no conocen a Dios, para que puedan aceptarlo y ser salvos, que oremos por nuestros hermanos en la fe, para que no se rindan, que oremos por los que se han apartado del camino, para que vuelvan a Dios, que deseemos el bien aun cuando nos deseen el mal (pues Dios nos protegerá) y que demos sin esperar nada a cambio, ¡pues nuestra recompensa no vendrá de los hombres sino de Dios! Además recordemos que uno cosecha lo que siembra. "No nos cansemos pues, de hacer el bien, porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos" Gálatas 6:9.

 

ACLARACIÓN: Esto NO quiere decir que por amor al prójimo nos vamos a dejar pisotear, golpear, maltratar, o vamos a dejar que abusen de nuestra confianza. TODO TIENE UN LÍMITE. En casos así, debemos buscar ayuda pero también  perdonar a esas personas que nos quisieron dañar y orar para que PUEDAN CONOCER A DIOS Y CAMBIAR SUS VIDAS. (Ahí está el amor al prójimo, no en querer venganza, sino en desear el bien).


¿COMO AMARSE A UNO MISMO?

"Amarás a tu prójimo COMO A TI MISMO" San Mateo 22:39.

Dios no solo anhela que lo amemos a Él y amemos a los demás, sino también a nosotros mismos. El amor propio también es importante para Dios, por algo es parte del mandamiento.

Claramente aquí debe haber un equilibrio: No debemos ser arrogantes y creernos los mejores, pero tampoco debemos tener siempre baja autoestima y sentirnos la peor persona del mundo, pues TODOS LOS EXTREMOS SON MALOS. 


Dios anhela que nos veamos con los ojos de amor con los que Él nos ve.
Él no quiere que nos lastimemos, que nos subestimemos, ni que nos hagamos daño.
Somos su creación, somos muy valiosos para Él y Él solo quiere lo mejor para nosotros, a tal punto que envió a su Hijo Jesús al mundo no para condenarnos, sino para dar su vida por nosotros y salvarnos; sin duda, la mayor prueba de su amor hacia la humanidad

Él ya nos mostró su amor, porque Él nos amó primero, pero está en nosotros el creer en ese amor y recibirlo.
Llenémonos de Dios que es la fuente de todo amor y solo así podremos también dar de ese amor, pues nadie da lo que no tiene. Solo así será más fácil poder amarnos a nosotros mismos, a los demás y principalmente a Dios

Amemos a Dios y aprenderemos a amarnos.
Nos miremos como Dios nos ve y nos veremos como las obras maestras que somos.
Cuidemos nuestro corazón, nuestros pensamientos, nuestro cuerpo y nuestra alma.
Dejemos de compararnos con los demás.
Abracemos nuestras virtudes, si las enumeramos nos daremos cuenta de que tenemos muchísimas.
¡Nos respetemos, nos cuidemos, pero por sobre todo NOS AMEMOS!

 

Espero este devocional haya sido de bendición para sus vidas. Un abrazo.