En diciembre del año 2002, cuando yo estaba por nacer, mi mamá sufrió una rasgadura en el útero, y yo me estaba quedando sin oxígeno. Al hacer el control, la doctora escuchó mis latidos, los cuales ya eran muy lentos. Urgente llevaron a mi mamá para operarla y sacarme a tiempo. Pero hasta que la operaron, yo ya había sufrido un paro cardiorrespiratorio. ¡Cuando me sacaron, no respiraba, nací sin vida! Los médicos me llevaron urgente a terapia para hacerme reanimación. Y en el camino hacia terapia, cuando parecía que todo estaba perdido, el milagro ocurrió. ¡DIOS SOPLÓ CON SU ESPÍRITU Y ME DIO VIDA, HACIÉNDOME REACCIONAR EN ESE MISMO MOMENTO!
Luego de eso, por precaución, me internaron en terapia intensiva con cuidados especiales, pero en realidad el que me cuidaba era Dios. Él hizo que me recuperara rápidamente. Para los médicos tenía que seguir estudios en mi cabeza, pero no fue necesario, porque ¡cuando Dios hace una obra, la hace completa! Hoy gozo de perfecta salud y no me quedó ninguna secuela ni rastro de lo que tuve. Podría haber quedado con alguna secuela en mis pulmones, pero no; porque si así hubiera sido, hoy no alabaría a Dios con mi bombardino, instrumento que requiere de mucha fuerza en los pulmones para tocarse. Y a esto lo cuento no para mi gloria sino para la gloria de Dios, Él es bueno y lo amo con todo mi corazón. Estoy y estaré eternamente agradecido por lo que hizo en mí.
Eliezer Daniel Medina, 17 años - Córdoba, Argentina.