Creo que todos, aunque a veces no lo admitamos, tenemos preguntas a las cuales no siempre les hallamos respuestas; y a veces vivimos momentos en los que hasta nos enojamos o molestamos con Dios porque no tenemos esas respuestas, o porque no entendemos su forma de obrar, o porque a nuestro modo de ver las cosas, pensamos que hubiera sido mejor que ante tal situación, Dios actuara de otra forma.
Creo que esto es algo muy común entre los seres humanos, pues parte de nuestra naturaleza pecaminosa es ese orgullo y esas ganas de querer tener siempre la razón y hallarle lógica a absolutamente todo; y es aquí donde está el problema del cual tenemos que ser conscientes. Nuestro orgullo a veces llega a tal punto que, poco a poco, vamos dejando de creer en Dios porque no entendemos su obrar, en vez de pedirle fuerzas y sabiduría para ACEPTAR y ENTENDER su voluntad que es siempre buena, agradable y perfecta (Romanos 12:2). Poco a poco, el hecho de NO ENTENDER algunas cosas, nos hace DEJAR DE CREER, cuando en realidad se trata de primero CREER para luego ENTENDER.
¡Dios está más que dispuesto a responder nuestras preguntas, aclarar nuestras dudas y enseñarnos cosas grandes y ocultas que no conocemos! Él nos dice en su palabra “Clama a mí y yo te responderé; y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” Jeremías 33:3. El problema está en que nosotros, en vez de buscarlo, conocerlo y clamarle más, nos encerramos en nuestros propios criterios y nos alejamos; lo cual obviamente termina siendo peor, porque no solo nos quedamos con las dudas sino que encima nos alejamos de Dios, porque Dios no se aleja, somos nosotros los que nos alejamos de Él, es por esto que en Santiago 4:8 dice “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros”.
Además, Dios sabe que la falta de entendimiento nos puede alejar de Él, por eso en su palabra también nos dice “No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento” Salmo 32:9; y a quien realmente anhela su guía, enseñanza y dirección, Dios le dice “te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos” Salmo 32:8.
Creo que no hay algo más hermoso en este mundo que el hecho de contar con Dios ¡para literalmente TODO! No hay algo más bello que saber que a Dios le importan nuestras dudas, que nos ama inmensamente y que está dispuesto a GUIARNOS por el sendero de la verdad, el sendero correcto, el sendero que debimos seguir desde un principio.
Pero hay algo que también quiero aclarar, y es que, si bien Dios está dispuesto a responder nuestras dudas y preguntas, Él es SOBERANO, sabe lo que hace y para TODO tiene un propósito perfecto; y a lo que voy con esto es que, la FE que debemos tener en Él, no solo se trata de presentarle nuestras preguntas porque sabemos que las PUEDE RESPONDER, sino que también se trata de seguir TENIENDO FE EN ÉL, aun cuando no esté en sus planes o en sus tiempos respondernos esas preguntas. Es decir, hay cosas que Dios nos va a responder, pues está más que dispuesto; pero también hay cosas que no nos va a responder porque no nos corresponde saberlas, por diversos motivos que solo Dios en su perfección conoce; y es aquí donde también se prueba nuestra fe.
¿Seguimos creyendo en Dios aun cuando no nos responda las preguntas específicas que tenemos? ¿Seguimos creyendo en Dios aun cuando no entendamos su obrar? ¿Seguimos creyendo en Dios aun cuando a nuestro modo de ver las cosas, todo a nuestro alrededor parezca no tener sentido? Ahí se prueba la verdadera FE. La verdadera FE es esa que CREE Y CONFÍA EN DIOS aun cuando no entienda sus planes, aun cuando no esté de acuerdo con su obrar, aun cuando no le encuentre sentido a las cosas, aun cuando no halle respuestas, porque la VERDADERA FE es la que sabe que LOS CAMINOS, PLANES Y PENSAMIENTOS DE DIOS SON MEJORES QUE LOS NUESTROS, que TODO LO QUE DIOS HACE ES BUENO Y PERFECTO, que TODO LO QUE ÉL PERMITE ES NECESARIO y que NO SIEMPRE HAY QUE ENTENDER PARA PODER CREER, SINO QUE ES MÁS NECESARIO CREER, PARA LUEGO, SI ESTÁ EN LOS PLANES DE DIOS, PODER ENTENDER. TODO SE TRATA DE CONFIAR EN LA SABIDURÍA DE SU OBRAR, EN SU SOBERANÍA, EN SU PERFECCIÓN, EN SU PODER, EN SU CARÁCTER, EN SU ESENCIA, EN SU SANTO ESPÍRITU.
Por eso mi consejo el día de hoy, tanto para ustedes como para mí misma, es que si tenemos dudas o preguntas, no nos encerremos en nuestro “yo”, sino que hablemos con Dios, lo busquemos más, oremos más, leamos más su palabra, le preguntemos, le pidamos entendimiento, sabiduría y dirección, y Él sabrá respondernos de la manera perfecta en el momento perfecto; y aun si no estuviera en sus planes respondernos alguna pregunta, recordemos que Él sabe el porqué, ¡y que todo lo que Él hace para quienes somos sus hijos, es para nuestro completo bienestar! Pues Él solo tiene planes de BIEN para nuestras vidas; así que si no responde, no nos corresponde cuestionarle. Tal como dice en su palabra ¿Quiénes somos para altercar contra Dios? “¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: ¿Por qué me has hecho así?” Romanos 9:20.
Que nuestro clamor siempre sea como el del salmista, con un corazón humilde, genuino, honesto y sencillo: “Llegue mi clamor delante de ti, oh Jehová; dame entendimiento conforme a tu palabra” Salmo 119:169, y que aun cuando Dios nos diga: “Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después” San Juan 13:7, que así también como el salmista podamos decir “He confiado asimismo en Jehová sin titubear” Salmo 26:1.
DIOS LOS GUARDE Y BENDIGA SIEMPRE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario