domingo, 11 de octubre de 2020

¡JESÚS CALMA LA TORMENTA!


DEVOCIONAL EN CONJUNTO CON MI INVITADA ESPECIAL: ¡BELÉN BRAVO!

                                                                 

Este devocional está basado en el pasaje que se titula "Jesús calma la tempestad" (San Marcos 4:35).

El pasaje cuenta sobre un día en el que Jesús pide a sus discípulos ir al otro lado del mar, iban en varias barcas; pero de bien que iban, se levantó una tempestad tan fuerte que por poco se ahogaban. Sin embargo, Jesús dormía. Sus discípulos, con desesperación, le despertaron diciéndole: “¿Maestro, no te importa que perezcamos?”

 

Muchas veces decimos que Jesús dirige nuestra barca (nuestra vida), y decimos que Él mora en nuestro corazón, pero claro, es muy fácil decirlo cuando todo a nuestro alrededor marcha bien. Los discípulos tenían al dador de la vida en su barca, sin embargo, estaban muy atemorizados por la tempestad. ¿Realmente sabían con quién estaban?

                     

Cuando Jesús se levantó, reprendió la tempestad y se hizo grande bonanza, luego cuestionó a sus discípulos a causa de su temor. ¿Cómo es que no tenían fe? Andaban con Él, veían todos sus milagros, estaban en frente de Él todos los días, y aún así, a pesar de tenerlo en la barca, tuvieron miedo de la tempestad. Pero cuando Jesús les dijo: “¿Cómo es que no tienen fe?” fue como si les dijese: “¿Cómo es que no confían en mí?” Y no solo se refería a confiar en su poder, o confiar específicamente en que Él calmaría la tempestad, sino que se refería a realmente confiar EN SU PERSONA, EN QUIEN ÉL ERA.

 

Hoy Jesús nos dice a nosotros: ¡Estén seguros! ¡Están conmigo! ¡Aunque la barca se hunda, yo sigo estando con ustedes! Confíen en mí, aunque parezca que sus problemas no tienen solución, confíen en mí, ¡yo estoy con ustedes! Aunque parezca que todo está perdido, ¡yo sigo a su lado! NO TENGAN MIEDO. YO SOY EL QUE RESUCITÓ AL TERCER DÍA, YO VENCÍ LA MUERTE. EN MÍ HAY VIDA. EN MÍ ESTÁ LA VICTORIA. ¡NO TEMAN, YO LOS AYUDO!

¡Nos aferremos a las palabras de Jesús, recordemos que Él es el capitán de nuestra barca! Confiemos en JESÚS.

 

¡Dios los bendiga!


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