domingo, 4 de octubre de 2020

ADÁN Y CRISTO: DESOBEDIENCIA Y OBEDIENCIA



Desde el momento en que Dios creó a Adán y Eva, les mandó que no comiesen fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, advirtiéndoles de antemano (porque no fue una amenaza sino una advertencia) que si lo hacían, morirían. Esto NO se refería a una muerte física instantánea sino a una muerte física a través de los años (por eso envejecemos) y a una muerte espiritual eterna. Y como ya sabemos, ellos desobedecieron esa orden, y como consecuencia de esa DESOBEDIENCIA, pasó lo que Dios les advirtió: el pecado entró en ellos y de ahí a todas las generaciones posteriores, (por eso se dice que ya nacemos con una naturaleza pecaminosa, lo cual significa que tendemos fácilmente a pecar) y no solo el pecado sino juntamente con él la muerte (tanto física como espiritual). [Paréntesis: Por eso nadie se salva de morir FÍSICAMENTE, porque nuestra naturaleza física es pecaminosa y la paga de eso es la muerte, pero sí podemos ser salvos de la peor muerte (también la más importante) que es la muerte espiritual eterna, al creer en Jesús]

“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” Romanos 5:12. A causa de esta desobediencia se rompió el vínculo que teníamos con Dios “por cuanto todos pecaron, están destituidos de la gloria de Dios” Romanos 3:23.


Dios se entristeció amargamente al ver que su misma creación le había desobedecido y le había dado lugar al pecado, sin embargo, su amor por la humanidad era tan grande que EN VEZ de deshacerse de nosotros completamente (porque podría haberlo hecho y además lo merecíamos), nos dio miles de oportunidades para arrepentirnos de nuestros pecados y llevar una vida santa. Él escogió al pueblo de Israel, (el pueblo que más ayuda, guía y perdón necesitaba) y le enseñaba una y otra vez el camino que debía seguir, pero el pueblo desobedecía; y la única manera en que lograban obtener el perdón de Dios era ofreciendo en sacrificio a un corderito puro y sin mancha, pues eso conmovía a Dios y por ese derramamiento de sangre Dios los perdonaba. Hasta que llegó un punto en el que no solo el pueblo de Israel sino todos los seres humanos de la tierra estábamos tan corrompidos por el pecado que Dios vio nuestra URGENTE Y TREMENDA NECESIDAD DE UN SALVADOR. Un Salvador que nos guiara a la obediencia y al camino santo, camino que Dios desde un principio quiso que siguiéramos.


Así es como a la tierra llega Jesús, OBEDECIENDO la orden de su Padre, quien lo envió no solo para enseñarnos a caminar en santidad y obediencia, sino para morir y derramar hasta su ultima gota de sangre, como el ÚLTIMO corderito puro y sin mancha, a través del cual Dios perdone los pecados de TODO AQUEL (Dios no hace acepción de personas) que crea en Él. Por eso ya no se necesita sacrificar más ningún corderito para obtener el perdón, ahora solo basta con creer en Jesús, EL CORDERO DE DIOS, y así podremos obtener el perdón de Dios por nuestros pecados y restaurar nuestra relación con Él💕

Y Jesús no solo nos trajo guía y perdón, sino también la posibilidad de tener vida eterna (espiritual) y no de recibir la verdadera paga del pecado que es la muerte eterna (espiritual), que es lo que merecíamos. “Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro” Romanos 6:23.


La DESOBEDIENCIA de un hombre (Adán) fue lo que MARCÓ el rumbo de la humanidad trayendo como consecuencia la CONDENACIÓN y la MUERTE ETERNA. La OBEDIENCIA de otro hombre (Jesús) fue lo que nos CAMBIÓ ese rumbo, trayendo como consecuencia la LIBERTAD y la VIDA ETERNA.

 “Porque así como por la DESOBEDIENCIA de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la OBEDIENCIA de uno, los muchos serán constituidos JUSTOS” Romanos 5:19.

“JUSTIFICADOS pues por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por el cual también tenemos entrada por la fe a esta GRACIA en la cual estamos firmes” Romanos 5:1-2.

“para que así como el pecado reinó para muerte, así también la GRACIA reine por la JUSTICIA para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro” Romanos 5:21.


Dios ya hizo su parte, ahora la decisión es nuestraAsí que, te invito a reflexionar esta tarde: ¿Vamos a DESOBEDECER como Adán y llevarnos nosotros mismos a la muerte eterna luego de saber que hay una salvación? o ¿vamos a creer en Jesús y esforzarnos por seguir el ejemplo que nos dejó de OBEDIENCIA A DIOS, para poder así heredar la vida eterna el día que partamos de este suelo de tierra?

Piénsalo bien, sé sabio en tu elección. 

¡Que tengas un excelente domingo y Dios te súper bendiga!

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