El tiempo es de las cosas más valiosas que podemos tener. Tiempo que se va no vuelve. Todos tenemos la misma cantidad de días, horas, minutos y segundos en el día. A todos se nos da la misma oportunidad, nadie tiene más de 24 horas por día. Entonces, te preguntarás, ¿si todos tenemos la misma cantidad de tiempo, por qué hay gente que, sea en el área que fuere, tiene mejores resultados que nosotros? Bueno, la respuesta está en CÓMO administran su tiempo. ¿Lo desperdician o hacen un buen uso de él?
Descartando algunas excepciones (como casos en los que se obtienen buenos resultados pero con malos actos -lo cual de todos modos nunca termina bien-), quiero poner algunos ejemplos lógicos y generales que nos ayudarán a entender la idea principal:
¿Por qué hay personas
que tienen mejor salud que la nuestra? Porque dedican tiempo a cuidarse.
¿Por qué hay personas
con mejores resultados académicos que los nuestros? Porque se esfuerzan el
doble y dedican buen tiempo a sus estudios.
¿Por qué hay personas
que prosperan más rápido económicamente? Porque se esfuerzan y trabajan el
doble, o más inteligentemente, administrando bien su tiempo.
¿Por qué hay personas
que andan mejor espiritualmente y tienen una mejor relación con Dios que
nosotros? Porque le dedican tiempo a Dios y se esfuerzan por buscarlo y
agradarle.
Y así podría seguir con
miles de ejemplos más, pero creo que ya se entendió la idea: todos hacen buen
uso de su tiempo, y todo eso que siembran, cosechan.
La pregunta del título es una invitación a que todos reflexionemos sobre cómo estamos administrando nuestro tiempo.
¿Qué estamos haciendo
con el tiempo que se nos da? ¿Lo estamos invirtiendo bien?
¿Estamos esforzándonos
en nuestros estudios para poder un día lograr ese título y trabajar de lo que
nos apasiona?
¿Estamos cuidando
nuestra salud para el día de mañana evitar contraer enfermedades?
¿Estamos ahorrando
dinero, en vez de malgastarlo, para conseguir aquello que tanto queremos?
¿Estamos esforzándonos
en nuestro trabajo para subir de puesto o para un día tener nuestra propia
empresa?
¿Estamos trabajando en
nuestros defectos para ser cada día una mejor versión de nosotros?
¿Estamos preparándonos para el día de mañana formar un hogar cristiano?
Pero más allá de todo lo anterior, lo más importante:
¿Le estamos dedicando un
buen tiempo a Dios? ¿Hay espacio para Él en nuestra agenda tan ocupada?
¿Realmente nos estamos esforzando por conocerlo y agradarle cada día más? ¿Estamos
verdaderamente cuidando nuestra relación con Él? ¿Estamos realmente
preparándonos para su venida? Estas son las preguntas que más nos deberíamos de hacer.
Algo que no debemos olvidar y debemos recordar todos los días es que JESÚS VIENE PRONTO. No sabemos exactamente cuándo, porque no nos corresponde saberlo, pero puede venir EN CUALQUIER MOMENTO y ¡por eso debemos estar preparados! Puede que venga mañana, esta semana, el mes que viene, de acá a 10 años o de acá a 100 años, pero que viene, viene. Y estoy segura de que ninguno de nosotros quiere quedarse acá en la tierra padeciendo y sufriendo lo que este mundo sufrirá (como consecuencia de su pecado y su maldad que crece más cada día).
¡Aun estamos a tiempo de
arrepentirnos de nuestros pecados, de pedir perdón y de reconciliarnos con Dios!
Pero “el tiempo es corto; (…) porque la
apariencia de este mundo se pasa” 1 corintios 7:29-31, y debemos
aprovecharlo para estar cada día más y más cerca de Dios.
¡DESPERTEMOS, NO
DURMAMOS, EL TIEMPO ES ORO, NO LO DESPERDICIEMOS, LO APROVECHEMOS!
“conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño, porque
ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos” Romanos
13:11.
Las cosas de este mundo
como trabajo, estudios, casa, auto, incluso una pareja, todas esas cosas son
necesarias para vivir acá en la tierra pero no son verdaderamente importantes, todo
eso es temporal, un día se acabará, lo más importante aquí es NUESTRA
SALVACIÓN, ¡LA SALVACIÓN DE NUESTRAS ALMAS!
Es muy lindo poder tener
un buen pasar económico, salud y una hermosa familia, y si lo podemos tener,
gloria a Dios, ¡lo disfrutemos! Pero no descuidemos la salvación de nuestras
almas, no descuidemos nuestra relación con Dios. Perdonemos a quien debamos perdonar,
amemos a los demás, seamos compasivos, empáticos, generosos, marquemos la
diferencia, seamos luz en este mundo, actuemos como Jesús, hablemos de Jesús, ¡reflejemos
a Jesús con nuestros actos! ¿Qué estamos esperando?
Sigamos el consejo que
nos deja el apóstol Pablo:
“Mirad, pues, con diligencia cómo
andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque
los días son malos” Efesios 5:16
Lo mejor que podemos
hacer con nuestro tiempo es dedicárselo a Dios. Obviamente esto no significa que vamos a
estar las 24 horas del día orando, alabando y yendo a la iglesia, porque Dios sabe
que somos humanos, de carne y hueso, que nos cansamos y que no podemos estar
así todo el tiempo, además Él entiende que nuestras obligaciones terrenales
requieren su tiempo también, pero Dios es un Padre tan bueno y amoroso que con
que le dediquemos aunque sea unos minutos al día, Él ya es feliz.
Aunque sea unos minutos
por día, Dios valora mucho eso. El tiempo invertido en Él no es ninguna
pérdida, al contrario, es ganancia. Y si somos constantes, quizás empezamos
con 10 minutos por día, pero esos 10 minutos luego serán 20, después 30, y así
la cantidad irá aumentando hasta que felizmente sin darnos cuenta le terminemos
dedicando horas, debido a lo hermoso que es estar en su presencia y llenarse de
Él; porque de hecho esa es la consecuencia natural de conocerlo, cuanto más
tiempo le dedicamos, más nos enamoramos de Él y más anhelamos servirle y
agradarle.
Por supuesto todo esto
sin descuidar nuestras obligaciones terrenales, es solo cuestión de
organización, equilibrio y determinación. Sin embargo, miren hasta dónde
llega la misericordia de Dios, tan bueno y amoroso, que hasta nos bendice mucho
más que antes en esas obligaciones terrenales, es decir, Él bendice
doblemente nuestros estudios, finanzas, trabajo, relaciones, etc, como recompensa
de haberle dedicado tiempo a Él; tal como escuché una vez: “ocúpate de
los asuntos de Dios y Él se ocupará de los tuyos”, y tuve la dicha de no
solo escuchar eso, sino también experimentarlo.
A continuación les dejo algunos consejos en cuanto a lo terrenal, que espero les sean muy útiles y de bendición, pero recuerden que nuestro enfoque no debe estar en lo terrenal, que es PASAJERO, sino en nuestra salvación que será ETERNA.
BREVES CONSEJOS SOBRE:
DINERO:
¿Necesitas más dinero para pagar tus deudas y comprar aquello que tanto sueñas? Entonces ORA y esfuérzate. Dedica tiempo. Trabaja de manera inteligente. Ahorra e invierte cada centavo. Multiplica tu dinero. No gastes en aquello que no necesitas. Antes de comprar algo, hazte esta pregunta: ¿Puedo vivir sin esto? Y cuando veas que es un gasto innecesario, notarás cómo tus ahorros empezarán a crecer y así un día llegarás a tu objetivo. Pero debes ser disciplinado a la hora de usar tu dinero, no malgastes, sino nunca saldrás de tus deudas y nunca podrás comprar aquello que tanto quieres o que tanta falta te hace. Dios provee, pero debes ser prudente y disciplinado.
TRABAJO:
¿Tu trabajo te cansó o directamente no tienes trabajo y quieres un trabajo nuevo? Dedica tiempo a orar a Dios. Pero también sal a buscar trabajo. Él te abrirá puertas en el lugar correcto y lo sabrás. Pero tú también haz tu parte, no te quedes sentado esperando que llegue el trabajo, ora y sal a buscar y Dios recompensará tu búsqueda. Y cuando tengas el trabajo, valóralo, cuídalo, agradece a Dios por el y TRABAJA. Da lo mejor de ti. Si Dios te apareja tener una empresa, sé el mejor jefe, y si te apareja un empleo, sé el mejor empleado. Pero en todo lo que hagas, esfuérzate por ser el mejor y dar lo mejor de ti para incluso bendecir a otros e inspirarlos a que hagan lo mismo.
ESTUDIOS:
¿Quieres estudiar algo pero no sabes qué? Dedica tiempo a la oración y sigue averiguando, preguntando, investigando, porque algo para ti tiene que haber, y sobre todo pídele a Dios que te guíe y te de sabiduría para escoger correctamente tu carrera e incluso el lugar en el que vas a estudiar. Si le pides a Dios con fe, Él te va a responder. Créeme que si le encomiendas a Dios tus estudios, te ahorrarás muchos años de duda, sufrimiento y estrés en una carrera que no es para ti, porque Dios te hará saber cuál es la carrera que quiere que estudies, con la cual no sólo trabajes profesionalmente el día de mañana sino incluso le sirvas y le des gloria a Él.
SANIDAD
¿Estás enfermo? ¿Tienes alguna enfermedad terminal? ¿Tienes alguna enfermedad que la ciencia no puede curar? Entonces ORA. HABLA CON DIOS. PÍDELE CON FE, ÉL PUEDE HACER UN MILAGRO EN TU VIDA. ÉL TIENE PODER PARA SANARTE, PUES ES EL MÉDICO DE LOS MÉDICOS. Pero dedica tiempo a ORAR, y sobre todo CONFÍA, no desistas, si la voluntad de Dios es sanarte, Él lo hará en el momento justo. Él nunca llega tarde, Él siempre llega en el momento perfecto.
PAREJA
¿Te gusta
alguien? No te apresures. Tómate tu tiempo para conocer bien a esa persona,
conócela en todas sus facetas y fíjate si de verdad quisieras pasar el resto de
tu vida con ella; y sobre todo, dedica tiempo a orar y ayunar para que Dios te
haga saber si esa persona es la que Él eligió para ti o no. Y último pero no
menos importante, recuerda que una pareja complementa, pero solo Jesús completa;
y si sientes un vacío en tu corazón, recuerda que ninguna persona podrá llenar
ese vacío más que Jesús. Él es todo lo que necesitas, dedica tiempo a buscar
primero su reino y lo demás será añadido en el momento justo. (San Mateo 6:33)
CONSEJO
FINAL: En síntesis, sea lo que fuere que quieras hacer, DEDÍCALE TIEMPO A LA ORACIÓN. Allí
hallarás las respuestas correctas. Habla con Dios, cuéntale lo que necesitas,
pídele pero también agradécele, y sobre todo cuando ores pídele que se haga SU
VOLUNTAD y no la tuya, porque solo Él sabe lo que es mejor para ti. Y si dejas
a Dios actuar y confías en Él, entonces prepárate para recibir mucho más de lo
que pides.
Espero estos
consejos sean de mucha utilidad y ayuda para sus vidas.
¡Dios los
colme de bendiciones!
No hay comentarios:
Publicar un comentario